La legislación, en todas las áreas, suele hacerse pensando en los núcleos urbanos, simplemente porque en ellos vive más gente. Pero esa legislación ‘urbanocentrista’ puede ser lesiva al aplicarse en los territorios poco poblados.
Rural Proofing es una expresión inglesa (en este caso con razón, porque Reino Unido e Irlanda fueron los primeros en ponerla en práctica) que en español, en una traducción no demasiado directa, pero muy correcta, recibe el nombre de Mecanismo Rural de Garantía.
Ese mecanismo, que está impulsando ahora la propia Unión Europea, puede explicarse muy sencillamente. Es absolutamente necesario evaluar el impacto que puede tener en el medio rural toda ley que aprueben los órganos legislativos de los Estados, en especial aquellos en los que el problema de la despoblación sea más acuciante.
Hay que legislar para las ciudades, por supuesto, pero también para los pueblos: una mala legislación, una legislación que no tenga en cuenta esa visión rural puede dar al traste con cualquier política que se haga en torno al reto demográfico.